Como era nuestra primera sesión de facto, había mucha vergüenza flotando en el ambiente... espero que poco a poco os sintáis más libres para poder comentar lo que os sugieren los poemas.
El poema que hemos leído es de Juan Antonio González Iglesias, al que mis alumnos conocen porque suelo citarlo en clase y además es el traductor de la edición de Cátedra de Catulo que manejamos en 2º de Bachillerato. Me ha parecido buena opción llevarlo para inaugurar el tema del amor porque se basa precisamente en esos preceptos que un poema de amor debe cumplir para que sea considerado un poema de amor. Así, como ha apuntado Rebeca, este poema habla de lo general (esos preceptos a los que hacemos referencia), partiendo de lo particular (su propia experiencia, su propia relación). Quizá ahora, leyéndolo con más calma, veis algo que os guste particularmente o queráis comentar...
Propongo para la semana que viene que pensemos en qué creemos nosotros que hace falta que aparezca en un poema de amor (¡vale traer ejemplos!)
El poema de amor debe tener previsto...
En el bus ves por dónde vas
E.M.T. De Madrid
El poema de amor debe tener previsto
el transcurso futuro de los astros
pero también
el vocabulario de la derrota
y la gloria muy simple del minuto.
Debe tener prevista la palabra Albertur
sólo porque está escrita en el costado
del autobús nocturno que te devuelve a casa.
Debe decir la periferia urbana,
aceptar lo que ve por donde va,
y desde nuestros labios convertirse
en oda a las ciudades encendidas.
Debe tener previstos los fracasos,
toda nuestra pobreza,
el miedo a que se quiebre nuestro amor extramuros.
El poema de amor debe saber que somos
iguales, y por tanto debe incluir tu nombre y mi nombre,
de la misma manera que mi nombre incluye el tuyo. Así
no diré que Petrarca no nos sirve.
Diré que no nos basta. Nuestro fuego sucede
más acá de los límites del mundo.
Si el ciprés y la lluvia tienen la misma forma,
no quiero ser oscuro, ni pobre de aventura.
En el bus ves por dónde vas
E.M.T. De Madrid
El poema de amor debe tener previsto
el transcurso futuro de los astros
pero también
el vocabulario de la derrota
y la gloria muy simple del minuto.
Debe tener prevista la palabra Albertur
sólo porque está escrita en el costado
del autobús nocturno que te devuelve a casa.
Debe decir la periferia urbana,
aceptar lo que ve por donde va,
y desde nuestros labios convertirse
en oda a las ciudades encendidas.
Debe tener previstos los fracasos,
toda nuestra pobreza,
el miedo a que se quiebre nuestro amor extramuros.
El poema de amor debe saber que somos
iguales, y por tanto debe incluir tu nombre y mi nombre,
de la misma manera que mi nombre incluye el tuyo. Así
no diré que Petrarca no nos sirve.
Diré que no nos basta. Nuestro fuego sucede
más acá de los límites del mundo.
Si el ciprés y la lluvia tienen la misma forma,
no quiero ser oscuro, ni pobre de aventura.
1 comentario:
me ha encantado, es buenísimo ^^
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