Hemos dedicado las dos reuniones anteriores del Taller de poesía a tratar de componer poemas inspirados por una melodía que uno de nosotros proponía previamente. Pruden ya explicó en una entrada anterior la intensa relación entre palabra y música, y lo cierto es que nos está deparando grandes emociones e interesantes composiciones.
Esta semana me tocaba a mí proponer la música a partir de la que vamos a intentar componer. Me he decidido por las tres Gymnopédies de Erik Satie por varias razones. En primer lugar, porque es uno de mis discos de cabecera y lo escucho con mucha frecuencia; en segundo lugar, porque el hecho de ser tres composiciones de distinta naturaleza pueden darnos pie a tres composiciones que establezcan entre ellas la misma relación que las obras musicales (o quizá sólo a una que recoja el sentir de las tres, eso es decisión vuestra); y por último, por la historia de la Gymnopédies en sí, que es fascinante: Satie las compuso cuando contaba sólo con veintitrés años, después de haber leído "Salamboo" de Flaubert, obra que le inspiró un profundo interés por la antigüedad griega. De hecho, la palabra Gymnopédie deriva del griego γυμνός, adjetivo que significa “desnudo” y παῖς, παιδός, sustantivo que significa “niño”; encontramos el término en las "Helénicas" de Jenofonte, entre otros, donde hace referencia a una danza llevada a cabo por jóvenes bailarines desnudos de Esparta.
Espero que os resulte sugerente y que el miércoles tengamos mucho que leer.